viernes, 10 de septiembre de 2010

Los hermanos sean unidos

Porque esa es la ley primera;
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea,
Porque si entre ellos pelean


Los devoran los de ajuera.
Martín Fierro

Los hermanos C viven al lado. O más bien, nos tienen rodeados. Y no crean que eso es todo. Hay alguien más que los convoca, alguien que hace que ellos se reúnan acá al lado: Mamá C.

Roberto siempre fue vecino nuestro. Pero el departamento en que hoy vive su madre y de tanto en tanto también su hermana, estuvo vacío mucho tiempo. Antes de eso vivía un discreto ex-policía cuya presencia acá al lado podríamos nunca haber notado de no ser porque le gustaba socializar.

Mamá C dice que Graciela es malísma y que Roberto es buenísimo; que Graciela es tonta y que Roberto es tan inteligente. 

La escucho charlar con los vecinos acá abajo cuando sale a tomar aire. A mamá C no le dan llaves, pero a veces alguien cierra sin llave la puerta del departamento y se va. Cuando se queda sola, mamá C abre la puerta, la traba con un papelito para poder volver a entrar, baja la escalera y espera al lado de la puerta que alguien entre o salga para poder pisar la vereda, respirar el aire de afuera y charlar con los que pasen. 

Cuando ya tomó aire y ya charló con la gente, espera que algún vecino vuelva a abrir la puerta del edificio, entra, sube, saca el papelito, entra en su departamento y cierra la puerta. 

Pero a veces alguien se va y cierra la puerta con llave. Entonces mamá C se queda pegada a la puerta de su departamento. Los golpes se escuchan en todo el edificio. Quiere salir. 

Cuando llega su hija más tarde a abrirle la puerta, se escuchan los gritos, los insultos, las amenazas. 

Después todo se calma. Miran Tinelli y cenan. Roberto llega después de la cena. Vuelven a oirse los gritos. Ahora son los hermanos. Que las pastillas, que las llaves, que el vaso de agua, que qué querés que haga, que a mí no me hables así. Entre cinco y quince minutos de gritos entre hermanos, sobre el murmullo de fondo de la tele.

Portazo uno. Roberto sale de la casa de su madre. Portazo dos. Roberto entra en su casa. 

Vuelve a escucharse Tinelli del otro lado de la medianera (¿Estarán en vivo acá al lado y yo nunca me di cuenta?). A veces en esa instancia madre e hija vuelven a pelearse. Cuando no está Graciela, ni a Tinelli se escucha. 

Si es como decía Martín Fierro, me pregunto quién podrá devorarse a estos hermanos que tanto se pelean. 

Bueno, quizá el perro ése que tenía Roberto, que cuando era cachorro dejaban sólo todo el día y se la pasaba aullando de tristeza. 

9 comentarios:

  1. Como lector formado en la vieja escuela, busco siempre un personaje con quien identificarme. Aquí, me sobrecoge la duda… ¿El perro?... Hm, soy un lector clásico no antropomorfizante.

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  2. Lector adolescente (de terror)11 de septiembre de 2010, 23:31

    ¿Y al final el perro se los come?

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  3. ¿Por qué las pastillas? ¿Por qué tan fuerte el sonido del televisor? ¿Por qué, ahora, el silencio?

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  4. Un caso más que demuestra cómo subestimamos la contribución de Tinelli a la armonía familiar.

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  5. Joven abogado con ganas de crecer (busca persona con ganas de pleitear)14 de septiembre de 2010, 0:06

    ¿La sra tiene letrado?

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  6. Hola!!!

    Familia, familia un mal necesario, jijijiji
    Cuanta competencia hay entre los hermanos y no te digo nada si son hermanas………
    Que tengas una buena semana y no te devores a nadie por favor..

    Un abrazo de oso.

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  7. Difícil identificarse con alguno de estos personajes Clásico. Adolescente, por ahora los hermanos siguen gritando cada noche (tarde o mañana) que se encuentran, de manera que parece que el perro no se los comió. Ojo que el perro no se escucha más... quien sabe qué habrá sido de él. Policial, ni idea porqué todo eso, pero también me da mucha curiosidad. Tinelli es perfecto para la armonía familiar. ¿Quién podría negarlo sociólogo? Todos callados, unos miran cuerpos otras se deleitan con coreos. Abogado, no se si a señora tiene lertrado, pero sus hijos sí y al menos Roberto ha demostrado bastante de leyes de copropiedad (no se si también sabrá algo de derecho de familia).

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  8. Hola Común, que bueno tenerte de vuelta por acá!. Entre los enanos de jardín somos un poco más pragmáticos y desde ya menos apegados a los afectos familiares (algo de apego hay, pero poco, venimos a este mundo para ser parte de un armado con árboles y canteros, no tanto con otros enanos de jardín). Pero esto de la familia un mal necesario, se ha hecho carne en esta gente. ¡Más que un mal, parece un maleficio!

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  9. Estimado Vicentico (si me permitis la confianza), no se porque es como si supiera de lo que estás hablando, si te enterás cuando se los empiezan a "devorar los de ajuera" avisa...

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