Un hombre joven pasa gritando:
-¡No, no pude llegar a las ocho! ¡Y bueno, no pude llegar a las ocho! ¡Porque estaba laburando no pude! ¡Porque te la pasás diciendo que no hay plata!- camina y le habla al teléfono mientras se cubre de la lluvia debajo de los toldos de los negocios.
Serán las nueve y media de esta noche invernal. La lluvia está fría. Él va sin paraguas. Es alto y flaco y sus gritos se escuchan muy claros a través de los vidrios de la ventana.
Una hora más tarde llueve más fuerte, afuera no pasan ni los autos y la misma voz rompe el silencio de la lluvia:
-¡Andate a la @·#*!&, la @·#*!&!
Camina hacia el otro lado. Va mucho más mojado.
miércoles, 22 de junio de 2011
martes, 14 de junio de 2011
lunes, 6 de junio de 2011
Aparecidos
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Siempre llegan ruidos desde la habtiación de Otto. |
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Esté él ahí o no, esté él dormido o despierto, siempre hay cuchicheos, especies de signos de vida. |
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El otro día hice guardia en la ventana y además de ver qué pasaba, logré sacar algunas fotos. Llegan desde el tercer cajón de la cómoda. Van en auto, ojo. |
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