jueves, 24 de febrero de 2011

Nacho el cerrajero


Llega Nacho, el cerrajero. Tendrá cuarenta años calculo. Más bien alto. Ni gordo, ni flaco. Pelo corto. Facciones afables. Morocho. Cara limpia de pelos. Usa jeans, remera y zapatillas. No parece cerrajero. Mucha confianza en todos sus gestos para ser cerrajero. No habla de más, pero no es introvertido.

Abi le abre la puerta y él cuando entra disimula con algo de éxito una expresión de extrañeza. Abi le muestra la puerta de la habitación de Otto: cierra mal. Él la revisa. La prueba. Pero en un momento saca la mirada de la puerta y de la cerradura. Mira la habitación.

Y no puede evitarlo.

Lo dice:
-Yo dormía en esta habitación cuando era chico. Tendría siete años. Mis padres dormían en aquella -señala el dormitorio principal- y yo en esta -mira de vuelta todo.
-Sí, esta era mi piecita -dice mientras sonríe (sin excesiva nostalgia) y se pierde quién sabe en qué recuerdos aparentemente felices.

Después de ver el resto de las puertas a arreglar, ya al final del recorrido le llega el turno a la puerta del lavadero y Nacho pregunta sobre el vidrio en el techo:
-Eso no estaba antes ¿No? Porque me acuerdo que yo trepaba por esta pared que da al aireyluz y de un salto me pasaba al patio del departamento de al lado. Ahí vivía un chico algo más grande que yo.

Tras conversar un rato sobre el edificio, los vecinos, el barrio y la historia, se fue el cerrajero no sin decirle a Abi que él no podía solucionar los problemas de nuestras puertas.

Nacho tiene un local a una cuadra de acá. Otro que no se fue del barrio.

Para saber qué otros no se fueron del barrio, hagan click acá.

10 comentarios:

  1. Un muchacho tan encantador como abierto y remolón para confesar sus propias incapacidades. Aunque, a decir verdad, enanovicente, nos debe una explicación mayor del problema de las puertas.
    El slogan de Cerrajería Nacho merece un comentario aparte: Es de un compromiso con el prójimo rayano en la burrada comercial. “Un mundo de puertas abiertas” no necesita cerrajeros. Pero quizás lo de Nacho es más astuto y más cínico, quizás confía en que esté mundo, más allá de las buenas voluntades, seguirá siendo de puertas cerradas por un buen rato.

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  2. Buenas don Bustos, que bueno tenerlo por acá otra vez. Paso a responderle sus consultas en la medida de mis posibilidades.

    Con respecto al slogan, creo más bien que el tema viene por el cinismo. No se sabe si cinismo a sí mismo, hacia la profesión o a qué.

    Y yo dudo que sea incapaz. Creo que (como decía una señora que conocí, dueña de un hermoso jardín en el que viví un tiempo) Nacho es un "vaaaagoooo".

    Asómese sinó por su local y se dará cuenta en seguida de qué nivel de vagancia estoy hablando.

    El negocio siempre vacío, uno entra y no hay nadie que lo atienda en el mostrador. ¿Cree usted que Nacho está arreglando algo en alguna casa? No. Está en un entrepiso que tiene el local tomando mate (si, lo que lee).

    El entrepiso tiene una ventana chica que queda justo arriba del mostrador. Cuando alguien mueve la puerta, suena una campana y ahí se asoma.

    Siempre tomando mate. Como el local no es grande y tiene diferentes cerraduras colgadas de las paredes, para explicar (o entender)con un puntero de madera desde la ventanita del entrepiso señala una cosa, señala otra.

    No baja nunca al mostrador a menos que tenga que hacer alguna copia en el acto. ¿Qué le parece el Nacho's system de atención al cliente don Bustos?

    En fin, con respecto al detalle de lo que pasaba (y lo que pasó después) con las puertas, le pido Abi que le cuente los pormenores. Comprenderá don Bustos, que no manejo tanta información.

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  3. Ok Enano, ok Bustos, acá voy con los detalles. La puerta de la habitación de Otto no cerraba porque a) estaba un poco hinchada
    b) estaba un poco deformada por el trabajo de la madera en el tiempo
    c) estaba con mcuchas (muchísimas) capas de pintura encima.

    Lo mismo ocurría con la puerta de la habitación principal. Además, todas tenían picaportes viejísimos(y diferentes), con arandelas que ya no cubrían el agujero en la madera de donde salía el picaporte.

    Además, a la puerta del lavadero le faltaba la cerradura.

    Claro, habrá sido mucho trabajo para Nacho, eran cuatro puertas!

    Lo cierto es que cual experto, nos recomendó que llamáramos a un tal Carlos de un apellido Alemán que ahora no recuerdo para que trabajara las puertas primero. Después yo tenia que ir a tal otro negocio a comprar picaportes, rosetas, vastagos, cerraduras y después llamarlo a él para que las instale. "Vaaaagooooo"

    Una vez que Carlos dejó en condiciones las puertas, fui al negocio de picaportes y cerraduras y pedí que un cerrajero de verdad viniera a arreglar las 4 puertas.

    Llegó al otro día un señor en moto con pinta de rockero. En dos horas tenía todo arreglado.

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  4. No tengo más que palabras de agradecimiento. Me arriesgo a pensar que el Nacho's System no es más que un hijo (¿pródigo?) de los sistemas automáticos de atención telefónica. Es otro resultado de su perversa influencia.
    Por otro lado, me alegra saber que las cuatro puertas ya están arregladas, que, retomando el slogan de Nacho, vuestra casa pueda ser una casa de puertas abiertas por decisión propia y no por impedimentos técnicos. Gracias, nuevamente.

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  5. Quizá ese slogan equivocado de las puertas abiertas le remitiera al tal Nacho a su infancia donde las puertas no se podían cerrar..quizá quiso ponerle fin a su destino de nunca poder cerrar puertas..quizá no lo logró y por eso ahoga sus penas mateando..quizá..snif..me da penaaa Nachooo.
    Esperá!O.. o tal veZ! Tal vez cuando preguntó del ventiluz solo miraba por donde entrar a la casa. Entonces es un CACO, de eso vive. Si el tipo tiene cuarenta, decime que no se va a acordar que vivió ahi! ohhhhhhh!

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  6. Vecino enardecido por la ola de inseguridad25 de febrero de 2011, 16:53

    ¿¡Es un Caco?! ¡Es un Caco! ¡Es un Caco! ¡Atrapen a Nacho, el cerrajero Caco!

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  7. Pensar que yo me fui tan lejos de mi barrio...

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  8. ¿Si Ana Laura? ¿Muy lejos? ¿No sos de Piriapolis?

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  9. No, soy de Montevideo. Me fui de ahí enamorada de un hombre, y cuando todo se fue al carajo, me quedé acá enamorada del lugar.

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  10. Qué buena historia Ana, quizá puedas escribir y vender un libro sobre Piriápolis con ese título.

    Debo agregar al post que entre la gente que siempre se queda en el mismo lugar y la gente que se afinca en lugares diferentes a los que siempre vivó, elijo a los últimos.

    Hay riquezas que se ganan en las mudanzas, en los re-establecimientos, en esos cambios.

    Pero qué lindo también Montevideo. Siempre quise vivir en Montevideo. Sobre todo, en esos bellos jardines de Carrasco.

    Acá en Vicente López hay varias mujeres que han llegado de la mano de sus amados y cuando ellos las dejaron, ellas se quedaron, no abandonadas y quietas, sino felices de estar acá y formar parte de esta bella fauna.

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